La tercera parte de la saga "Canción de Hielo y Fuego" me ha resultado ... como decirlo ... ADICTIVA. La comencé nada más terminar la segunda parte, Choque de Reyes" ya que ésta me dejó en un suspense absoluto, pero cuando llevaba leídos unos pocos capítulos me entró un poco de saturación de tanta saga, estado que se difuminó tan pronto como me había llegado, a partir de ese momento lo que me provocó ésta tercera parte fue un estado de obsesión, casi diría que enfermiza, por leer y pasar capítulos y más capítulos y seguir leyendo. Cuando dejaba de leer para ir a dormir, hacer la comida o lo que quisiera que fuera a hacer, mi cabeza volvía rápidamente con Sansa, Rob, Bran, Tyrion, Jaime, Arya o cualquiera de los personajes, al final me alegré de terminar porque empezaba a ser preocupante mi obsesión por este libro.
Para los que ya conozcan la saga, decir que van a encontrar más batallas, intrigas de la corte, traiciones y sorpresas, muchas sorpresas. Es increíble la cantidad de giros que se producen en la vida de algunos personajes, más bien, en la de muchos de ellos. Uno de los aspectos a destacar en este volumen es la cantidad de giros que dan las vidas de estos. El otro, el preocupante gusto del autor por cargarse personajes. Lo bueno de esta tercera parte es que al final las historias se van "cerrando" o van cumpliendo "metas", es decir que no terminan pero tampoco quedan tan "abiertas" como ocurría en Choque de Reyes, lo que te deja una buena sensación al terminar y eso se agradece.
Sólo me queda decir que he disfrutado con este libro como no lo hacía desde hace mucho tiempo.
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